lunes, 26 de diciembre de 2011

27 de diciembre

Hace 19 años, un 27 de diciembre nació alguien que el destino pondría en mi camino y que ha llegado a ser un chico muy especial para mí, diría que lo quiero como a un hijo. Hoy quiero demostrarle mi cariño en forma de palabras.

Que el amor te envuelva en sus brazos.
Que dibuje en tus labios una sonrisa.
La misma que tú dibujas en los míos.
Que las olas de la vida te mezan con suavidad.
Que te arrastren a una isla de felicidad.
Que el sol siempre brille con fuerza para ti.
Que todos tus sueños se hagan realidad.
Deseo que el destino me permita seguir tus huellas.
Seguir compartiendo el día a día contigo.

Para ti Edu. Gracias por tu amistad.








martes, 20 de diciembre de 2011

¿Felices Fiestas?

La Navidad está muy cerca. Ya se respira en el ambiente el enorme consumismo de estas fechas. Papa Noel, los Reyes Magos, la ropa interior roja, cenas de empresa, regalos, más regalos, comida, mucha comida, a veces pienso que la gente solo come en estas fiestas.
Las reuniones familiares, con personas que no has hablado en todo el año y que ahora tienes que querer y abrazar. También esta lo de… ¿Con tus padres o con los míos? Hay que sentarse hacer un plano de dónde vas a pasar cada fiesta.
NAVIDADES PASADAS
Como muchas cosas pienso que la Navidad se vive diferente en cada etapa de la vida. Cuando era pequeña ¡Aquello era Navidad! no hacía falta cuantiosos regalos, ni grandes comilonas, estábamos juntos mis abuelos, mis padres, mis cuatro hermanos y yo. Eso era lo importante.
Mis padres con mucho esfuerzo lograban comprarnos algún juguete para Reyes, porque Papa Noel no se había instalado todavía en España. Aquel juguete lo disfrutábamos, ilusionados, recuerdo la alegría y las caras de satisfacción de mis padres al vernos tan contentos.
Mi padre, al que me encanta escuchar cuando me cuenta sus historias, siempre me habla de su regalo de Reyes que recibió una vez, y digo una vez, porque no tuvo más. Fue allá por el año 1940. Era un caballo de cartón, para el precioso, su ilusión acabo pronto cuando fue a darle de beber a su caballo y se le deshizo.
El de mi madre fue un muñeco de la época que llamaban “Un Pepito” ella tuvo más suerte, su bebe no tuvo sed, ya que también era de cartón. Los demás juguetes corrían a cargo de su imaginación y de lo que tenían a mano, cajas, piedras, palos, cuerdas, cualquier objeto era un juguete perfecto. Mi abuela, enrollaba un trapo le ponía una bola de cartón como cabeza y mi madre ya tenía un bebe con el que jugar.
NAVIDADES PRESENTES
Ahora los niños no saben lo que eso significa, saturados de regalos, abren uno y otro y otro paquete, sin saber ni lo que es. Lloran y patalean si no es lo pidieron. Siempre es lógicamente aquello con lo que la televisión los  bombardea, un come coco que abduce en estas fechas a los pequeños consumidores. La mañana de Reyes los contenedores de basura son la muestra del exceso.
Ahora mismo me encuentro en la fase en la que mis hijas ya descubrieron hace tres años porque siempre por estas fechas tenían que quedarse algún sábado en casa de los abuelos y los armarios curiosamente se llenaban de bultos perfectamente tapados.
Porque extraña razón su padre cuando estábamos viendo la cabalgata siempre se había olvidado de algo y tenía que volver a casa. O lo perdíamos de vista entre la multitud. Esa inocencia es la esencia de estas fiestas, que estropeamos con el consumismo incontrolado.
La Navidad es bonita, mágica para los niños, pero las personas como muchas otras cosas la están destruyendo, haciéndola odiosa, quitándole la magia que la envuelve. Hay que ser bueno en Navidad, no, hay que serlo todo el año.
Solo se acuerdan en estas fechas de visitar a los padres, hacer donaciones, ayudar a los más necesitados. La tele se llena de programas solidarios, en los que te animan a donar y donar dinero para los necesitados (eso es lo que dicen) sinceramente no creo que les llegue ni la mitad.
¡No lo entiendo! Los padres están ahí todo el año, nos necesitan ver, oír siempre, no solo en Navidad. Los necesitados comen cada día, como nosotros,  o así debería ser. Los sin techo que sacan en la televisión, duermen cada noche bajo las estrellas.

Seguiré viviendo la Navidad a mi manera. Los familiares van faltando, eso hace que la Navidad  traiga recuerdos de las personas que quieres, que ya no están a tu lado.  Todos mis abuelos ya no están aquí para acompañarme con sus palmas y sus risas mientras yo tocaba aquella vieja pandereta dando vueltas alrededor de la mesa. Por otra parte mis padres siguen conmigo, lo que es motivo de una infinita alegría, y como me gusta ser positiva me quedo con eso.
NAVIDADES FUTURAS
A no ser que esta noche me visite el Espíritu de las Navidades futuras, no sé cómo serán las próximas, pero hasta que lleguen pienso seguir disfrutando cada día como si fuera el último.


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Os deseo a todos Felices Fiestas. Feliz año 2012, mis mejores deseos de salud y  suerte en todos los aspectos, pero no solo para este año que está por llegar sino para toda la vida. No olvidéis disfrutar de las pequeñas cosas diarias. Un amigo al que aprecio mucho me dijo que buscara cada día un regalo que la vida me daba… Y os puedo asegurar que es verdad, los hay, pero hay que buscarlos, dejando a un lado lo negativo.


Fotografía de Miguel Ángel Rodriguez.



sábado, 10 de diciembre de 2011

El pacto


Como si de una condena se tratase acaté mi pena con resignación. Es el precio a pagar que él, como juez y verdugo me impuso el día en que mis progenitores me ofrecieron el reto de vivir.

Él está siempre ahí. Es mi compañero de viaje. Es el testigo de todos y cada uno de los segundos de mi vida.
Cuando en ocasiones me olvido de él, se adentra en mi mente y me recuerda su presencia, su implacable y veloz paso.
Me ha hecho varias veces despertar a la vida, abrir los ojos, reflexionar y levantarme.


Hoy me presento ante él para decirle que… Soy culpable señor juez. Culpable de dejarme arrebatar un tiempo de mi vida. Un tiempo irrecuperable, irremplazable.
Me deje llevar por ella. Como las olas a la arena, la tristeza me arrastro. Me embauco como a una inocente niña. Creí que su intención era cobijarme, protegerme del dolor que inundaba mi corazón.
La realidad era diferente. Intentaba apoderarse de mi alma. Aislarme del exterior, abrazarme, ahondando en mis heridas.

Sentí que tú habías desaparecido, que me habías abandonado. Mi mundo se detuvo. La luz del exterior dañaba mis ojos, ni tan si quisiera la luna con su magnetismo lograba hacerme salir de mi escondite.
Fuiste tú, quien de nuevo me hizo reaccionar. En el silencio de la habitación te oí, te sentí en mi cuerpo. Me mire al espejo y recordé el pacto.


Tic, tac, tic, tac…La vida es una contrarreloj, no pierdas el tiempo.



Fotografía; Héctor Mira

Modelo; Sergio Casanova


jueves, 8 de diciembre de 2011

Lluvia de palabras

Un nudo me oprime la garganta. Se estrecha poco a poco, asfixiándome. Mis pensamientos me transportan a la realidad. Perdí lo que un día creí tener.
Falsas mariposas vuelan a mí alrededor. El cielo gris se llena de sus bellos colores.  Crean un paraíso idílico para luego transformarse en horribles bestias que me sumen en la oscuridad. Y se regocijan en su infinita crueldad.
Escucho el melancólico sonido de las cuerdas de un violín. Una triste balada que me acompaña  en estos momentos en los cuales quisiera desaparecer, esfumarme…
Nadie buscaría mi sombra. Sería, tan solo un recuerdo. Seria, como una de las miles de estrellas que se dibujan en el firmamento. Aquellas que todos miran y nadie ve.
El tiempo pasa, con él las personas, los momentos y sentimientos que van formando la telaraña de la vida. Hilada a fuerza de penas y alegrías. Sus finos filamentos la hacen frágil.
Abriré los ojos, quizás así despierte de esta pesadilla.
No, todo sigue igual. No soñaba, el sueño era creer que tal vez lo fuera.
Necesito soledad. Que las lágrimas inunden la habitación, que el nudo se deshaga y pueda gritar ¡Basta ya!
Me protegeré con mis alas de la lluvia de palabras, falsas palabras que hieren.