lunes, 24 de octubre de 2016

La travesía

Desnuda luce la frágil barca. Las olas palpitan, se acercan a ella, la abrazan. El aire es afilado y entre las escarpadas rocas suenan llantos inocentes. Cae la noche y con ella llega la calma. Miedo, hambre, desesperación, sueños y esperanza. Una luz perlada lo envuelve todo durante horas hasta que asoma el sol y dibuja un horizonte de fuego. Pasan las horas, los días... y siguen navegando rumbo a un destino incierto.


Obra; Velero y luna, de Gonzalo Torné. Realizada a la edad de 13 años. 
Texto; Verónica Grau.