lunes, 19 de septiembre de 2011

La maleta


Es enero y la noche está fría y húmeda: la lluvia ciega los cristales. Mantuve la mirada fija en las dos rosas que dejaste al marchar; el tiempo las marchita como hizo con nosotros. Los recuerdos caen ahora en este abismo de silencio en el que se ha convertido nuestra casa. Y agradezco este llanto, que los ahoga.
Con la luz de la mañana, borro las huellas que de ti continuaban en mi piel. Y decido que es el momento de hacer la maleta. Busco en el baúl, cerrado hace tiempo, que aguarda, lleno de polvo, bajo la cama. —Volvamos a intentarlo—me digo. Y recojo del baúl fuerza para olvidarte, ilusión para conseguir mis sueños, pasión para amar de nuevo y esperanza para seguir viviendo. Y lo coloco, todo junto, en la maleta.

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