Sangran las letras de
una poesía,
quedó huérfana.
Se amontonan los
sentimientos en el escritorio del alma.
Nada inspira ya al
poeta,
permanece enterrado
por el hombre y sus problemas.
El tiempo pasa
mientras sus sueños esperan en el cajón del olvido.
Qué bien me han sonado esas palabras
ResponderEliminarHola, Nelo.Gracias, me alegra que te haya gustado :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Sigues intensa en tus micros y poemas, Verónica. Has escrito unos versos tristes, de un poeta agotado, de unos poemas huérfanos de escritor. ¡Estupendo!
ResponderEliminarHola, David. Muchas gracias. Sí, el poeta queda anulado por el hombre. Me alegra verte por aquí.
EliminarAbrazos.