Foto realizada por Gonzalo Torné, en 1992, desde un coche en marcha, con una
cámara Canon EF1 de 1974. En Görlitz, en la frontera de Alemania del Este y
Polonia.
Atrapada en un amor como una marioneta por su cuerda.
Esperando su regreso como una flor sedienta espera el agua. Desesperada, como
la víctima que lucha en una tela de araña. Acurrucada en el frío regazo de la
soledad, ella, espera día y noche a su amor sin saber que nunca llegará.
Él, yace moribundo en
una trinchera encharcada en sangre, con vistas a un campo de cadáveres. El
fango esconde el color rojo que ha teñido su casaca. En su pecho la herida por
donde la vida se escapa. En sus ojos puede verse el bello rostro de su amada
que se transforma en el de la muerte cuando ésta lo lleva con él.
La novia, ajena a su
destino continúa la espera. El vestido blanco junto a su vana esperanza es lo
único que le queda. Tras la puerta, las ruinas de una vida marcada por la
guerra y el olor a pobreza que inunda cada rincón de la casa.
Verónica Grau.
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El paso del tiempo despedezará el vestido, su casa, su piel, su mirada, todo, menos ese halo de esperanza que en algún rincón de su alma siempre habitará. Muy bueno!!! Un saludo, Verónica.
ResponderEliminarHola, Juan. Muchas gracias por pasarte por el blog. Bonito comentario, me gusta esa continuación del texto. Escribes muy bien.
EliminarUn saludo.
"La esperanza es lo último que se pierde" Dramàtic i al mateix temps tendre, com l'amor en si...
ResponderEliminarGràcies per visitar el meu blog i per tots els teus comentaris. Bon dia, Monste.
EliminarDesgarrador, la novia sabe pero espera, algo, una señal, a él que la venga a buscar desde algun lugar para llegar consigo.
ResponderEliminarCuando una realidad tan concreta como la guerra desencadena esperanzas sobrenaturales.
Genial como siempre Vero. Un beso.
"llevarla consigo", es lo que quise decir, perdón.
ResponderEliminarMil gracias, Ricardo. Un placer contar con tus comentarios.
EliminarSaludos :-)