Un nudo me oprime la garganta. Se estrecha poco a poco, asfixiándome. Mis pensamientos me transportan a la realidad. Perdí lo que un día creí tener.
Falsas mariposas vuelan a mí alrededor. El cielo gris se llena de sus bellos colores. Crean un paraíso idílico para luego transformarse en horribles bestias que me sumen en la oscuridad. Y se regocijan en su infinita crueldad.
Escucho el melancólico sonido de las cuerdas de un violín. Una triste balada que me acompaña en estos momentos en los cuales quisiera desaparecer, esfumarme…
Nadie buscaría mi sombra. Sería, tan solo un recuerdo. Seria, como una de las miles de estrellas que se dibujan en el firmamento. Aquellas que todos miran y nadie ve.
El tiempo pasa, con él las personas, los momentos y sentimientos que van formando la telaraña de la vida. Hilada a fuerza de penas y alegrías. Sus finos filamentos la hacen frágil.
Abriré los ojos, quizás así despierte de esta pesadilla.
No, todo sigue igual. No soñaba, el sueño era creer que tal vez lo fuera.
No, todo sigue igual. No soñaba, el sueño era creer que tal vez lo fuera.
Necesito soledad. Que las lágrimas inunden la habitación, que el nudo se deshaga y pueda gritar ¡Basta ya!
Me protegeré con mis alas de la lluvia de palabras, falsas palabras que hieren.
Me protegeré con mis alas de la lluvia de palabras, falsas palabras que hieren.
Dicen que las cosas más hermosas nacen del sufrimiento...Saludos :)
ResponderEliminarGracias Juan. Sí, el sufrimiento hace hablar al corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
"falsas palabras que hieren".
ResponderEliminarHay tantas que sería imposible una sola telaraña. Pero para eso está la araña que puede caminar sobre ella. Lo que hace falta es que la mariposa no de sus ln ellas. Es cuando duele.
Me ha gustado leerte.
bss
Gracias Katy. A mi me ha encantado tu visita y tu comentario.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.