domingo, 24 de julio de 2011

Cadena perpetua

No recuerdo cuando empezó, en qué momento aquellas manos que me acariciaban se convirtieron en puños de acero. Los brazos que antes me abrazaban eran ahora mi cárcel; y las dulces palabras de amor, desprecios y gritos.

Cada golpe que tú me dabas, desfiguraba nuestros rostros; en el tuyo surgía la bestia.

Aquella noche no fue una de tantas. Mientras descargabas  sobre mi quebrantado cuerpo lo que tú llamabas amor, no sé si por el destino, mis súplicas o el alcohol, caíste golpeándote certeramente.

Con tu muerte, creí quedar libre para siempre. No sabía entonces que algunas secuelas son para toda la vida. Como otra cadena perpetua.


Jan Saudek


lunes, 18 de julio de 2011

Nunca es tarde

Una versión impresionante de mi texto ahora poesía. Realizado por Manuel López Rey.

Serpenteas hacia mí.
Inyectas el veneno que paraliza, y esperas.

Esperas escondida y acechando sin tregua
desde debajo de la máscara.
En mi interior, silencio
y un ayer que espera despertar.

Te acercas de nuevo, sigilosa,
me rodeas y me asfixias
poco a poco.

Cierro los ojos, impotente,
y noto que me invades
y el antídoto a tu veneno escondido en mi interior.
No eres más que un espectro.

Adentro me pierdo entre recuerdos,
culpas y reproches,
aislada. Y no quiero.


El antídoto comienza a hacer efecto.
Liberas mi cuerpo y te alejas
reptando en busca de otro
a quien sumir en una profunda tristeza.

Ahora soy yo quien se arrastra lenta, hacia afuera.
Desacostumbrada,
la luz ciega y el aire
tan espeso oprime mi pecho y me asfixia también.

Lenta continúo,
ante esta multitud ajena a mi pánico.

A medida que avanzo, crezco,
y es mi propia sangre que impregna otra vez mi cuerpo.
Ese maravilloso olor a vida.

Me yergo y sé
que ahora no es tarde.



sábado, 16 de julio de 2011

Fantasía en la noche...


Con solo unas palabras en un mensaje o una foto la imaginación se pone rápidamente en marcha para trazar en la mente una fantasía, es solo eso, una fantasía, pero inconscientemente se vuelcan en ella los deseos de cada persona. Cuanto más inalcanzable, mayor e intensa es la fantasía. Es efímera pero puede dejar huella en nosotros. Ya sea despierto o en sueños las fantasías están siempre presentes. Se podría comparar a un artista ya sea escritor, pintor, escultor, etc.… que vuelca en su obra sus deseos, miedos, incluso su personalidad. Creo que casi todos hemos tenido una fantasía de este u otro tipo (no necesariamente tiene que ser sexual) alguna vez en nuestra vida.
Después de semejante desvarió os dejo este breve texto…..

¿Has sentido alguna vez que puedes con tus dedos acariciar la luna? Yo sí, cada vez que estoy a tu lado. Te siento cerca en la distancia, mi piel se estremece al pensar en ti. Cierro mis ojos y te imagino a mi lado, susurrándome al oído esas bellas palabras. Mis pensamientos vuelan contigo y mis deseos se desatan.
Esta noche eres mío y vas a formar parte de mis fantasías. Las olas son testigo de nuestra pasión, la fina arena nuestro lecho de amor y la luna nuestro cómplice.
Dibujo con mis labios mis deseos sobre tu piel, mientras acaricio con mis manos el resto de tu cuerpo. Siento tu respiración cada vez más agitada y con ella mi excitación crece, me deseas, te deseo……
Acaríciame, siénteme, quiero dejar mi huella en tus sentidos para que jamás te olvides de esta noche. Recuerda cada centímetro de mi cuerpo que se estremece cuando me tocas, cuando siento tu respiración. Mi cuerpo arde en deseo….
Suavemente me deslizo sobre ti, nuestros cuerpos desnudos se buscan en la noche, tus manos me agarran con fuerza y el sonido de las olas con su vaivén nos incita a hacer el amor con desenfreno. Quiero sentirte en mí interior, quiero que seamos uno.
Saciada nuestra pasión, abrazados bajo las estrellas deseo que esta noche no acabe. Eres como un espejismo, un oasis en un inmenso desierto. Sé que debo abrir mis ojos y volver a la realidad. Sé que desaparecerás, pero también sé que estas ahí al otro lado.
Te llevare conmigo donde mi próxima fantasía me lleve….


miércoles, 13 de julio de 2011

Acróstico


Medicina para el alma
Única para los sentidos,
Siempre presente en mi vida
I nundando mi corazón de penas y alegrías,
Cada instante una melodía,
Anhelo tu compañía para el resto de mis días.

sábado, 9 de julio de 2011

En un instante


El sol se alzaba e iluminaba tímidamente tu cuerpo tendido sobre mis brazos, cubiertos únicamente por una manta de amor. Yo te contemplaba como a la más bella obra de arte, mi Diosa. Una y otra vez me pregunto porque…… porque a nosotros Laura.




Recordaba nuestras noches de pasión, todavía se estremecía mi piel al recordarme acariciándote suavemente. Besándonos, rozando nuestros cuerpos mientras la excitación crecía por momentos.


Me perdía en tus curvas, en tus labios carnosos y ardientes, en tu piel sedosa. No existía nada ni nadie solos tú y yo.

Saciaba mi sed de ti recorriendo tu cuerpo hasta el último rincón. Te abrías para mí como una flor ofreciéndome tu néctar, bebía haciéndote estremecer a la vez que yo disfrutaba al sentir tus gemidos de placer.
Me costaba no sucumbir mientras tus labios me hacían enloquecer y tu lengua lamia sin control mi sexo.
No quería que esas noches acabasen nunca pero la excitación era tal que no podía soportarlo. Deseaba poseerte, hacerte sentir el máximo placer que te podía ofrecer. 
Tu mirada delataba tu deseo de ser poseída. Recuerdo cuando comenzábamos el juego que más nos gustaba, el de sentirnos uno dentro del otro.
Mis movimientos se aceleraban mientras mis gemidos se ahogaban en tus besos.
Tus manos me acompañaban apretando mi cuerpo contra el tuyo cada vez con más intensidad. Tu voz entrecortada me pedía una y otra vez que no parase…. entre jadeos me besabas y me decías que me amabas.
Tus gemidos eran música para mis odios y gasolina para mi cuerpo que aceleraba cada vez más, fuera ya de control llegábamos juntos a un mágico orgasmo dejándonos con los sentimientos a flor de piel.
Extasiados, te dormías en mis brazos mientras yo te miraba tan enamorado como el primer día.
Después el momento más dulce, despertar y sentir tu calor, tu cuerpo desnudo junto al mío. Tantas veces pasaba por mi cabeza el deseo de poder parar el tiempo y revivir una y otra vez esos sublimes momentos.

Pero la vida nos tenía preparado algo diferente. Aquella mañana despertamos sobresaltados nos habíamos dormido y si no nos dábamos prisa llegaríamos tarde a la cita sorpresa que tú habías preparado.

En cuestión de media hora estábamos los dos arreglados con las llaves del coche en la mano. Eran dos horas de viaje y el tiempo no ayudaba demasiado, llovía a cantaros. Te roge que anularas la cita pero insististe en que no era posible, que era demasiado tarde.

Así que emprendimos el camino, una carretera secundaria poco frecuentada, para evitarnos el atasco propio del acceso a la autopista.
Te gustaba juguetear conmigo mientras yo conducía, te aprovechabas de que tenía mis manos ocupadas en el volante para provocarme.
Empezaste a acariciarme la entrepierna pasando muy cerca de la zona de peligro que aumentaba su tamaño de una forma descomunal, solo con el roce de tu mano. Después te acariciaste tú y eso como ya sabias me excitaba mucho. Mordisqueabas y lamias mi cuello muy despacio. Cogiste mi mano y la pusiste bajo tu falda, estabas tan húmeda….
No lograba centrar mi atención en la carretera, mis ojos eran solo para ti y mi imaginación volaba, mis manos querían soltarlo todo y agarrarte fuerte, poseerte.
El sonido de la lluvia golpeaba los cristales y en mi estallaba la tormenta del deseo. Estaba tan excitado que tuve que parar en el arcén y devolverte todo lo que habías provocado en mi cuerpo. Me abalance sobre ti y te hice mía con una pasión desenfrenada.
Después de saciarme de ti de nuevo me invadía el miedo a perderte, no podía imaginar mi vida sin ti.
No había tiempo para relajarnos y gozar del momento. Nos compusimos las vestiduras y emprendimos la marcha.

Tuve que apretar el acelerador para intentar llegar lo antes posible. No puedo recordar cómo empezó la discusión, solo me viene a la mente el instante en que tu alterada me gritabas, me reprochabas tantas cosas. Detalles para mi insignificantes de los cuales ni me había dado cuenta pero estaba claro que a ti si te molestaban y algo hizo que estallaras.
Aquella maldita carretera, la lluvia, tus gritos y mi nerviosismo fueron el coctel perfecto para perder el control en una curva traicionera, el coche choco contra la valla de seguridad, la rompió como si fuera de papel y caímos al vacio.
Luego mis recuerdos son confusos, solo veo tu cara ensangrentada cubierta de cristales incrustados, tus ojos de pánico mirándome mientras nuestros cuerpos eran zarandeados de un lado a otro, hasta chocar contra el suelo. Donde todo termino en un silencio aterrador.
Mi único pensamiento eras tú, el miedo a perderte, la impotencia de no poder parar aquello. La culpabilidad me invadió en aquel momento y me atormentan ahora día y noche.

Pero no te preocupes mi amor, sigo aquí, he esperado un año y seguiré esperando toda la vida si es necesario a que despiertes. No descanso hasta que no llego al hospital y te veo….mi Diosa. Quiero ser la primera persona que veas cuando abras de nuevo tus ojos a la vida.
Tengo que contarte algo Laura. Hice realidad tu deseo, supe tiempo después que la cita sorpresa donde aquel trágico día me llevabas era a ver nuestro futuro hogar.
Todo está arreglado y esperando tu vuelta. La casa es nuestra Laura.
Todos nuestros sueños y proyectos de futuro se destrozaron en un instante, unos segundos….
Los médicos son optimistas y dicen que volverás conmigo.

viernes, 1 de julio de 2011

Navegando por la vida

Barco de papel…
navegando a solas
en una batalla cruel
se debate entre las olas.

Tras la tormenta
la mar en calma,
de amor sedienta
solloza el alma.

Rumbo a tu corazón
lunas de hiel,
se hunde en su desazón
barco de papel.

La muerte con los cinco sentidos




Oigo tu sonido
en el silencio de la noche,
veo tu sombra
acechando en la oscuridad,
huelo tu aroma
a dolor, desolación y agonía,
siento tu presencia
penetrando mi alma,
el leve tacto de tu esencia sobre mí,
frio y vacio, erizan mi piel.

Me gritas en silencio 
“soy la sombra que todos temen ver”
saboreo la soledad
cuando te aleja de mí.
Espero con resignación
el día que regreses por mí.